Cuando una persona invita a otras a su boda suele incluir a las parejas de cada una, por lo que alguien (ya sea hombre o mujer) que esté solo puede verse raro y sentirse incómodo. No obstante, este último presenta una gran oportunidad para conseguirla.
Maneras de ligar en una boda
En el marco de un ambiente que te favorece debido a que estás bien vestido/a, peinado/a y arreglado/a, hay acciones importantes que resultan ideales para atraer a otro/a que, por supuesto, tampoco está en pareja.
Así y con ambos teniendo el mismo deseo interno, es el hombre quien suele dar el primer paso y arrancar algo que, pese a que ninguno imagina, tiende a culminar de la mejor manera con el paso de los días y semanas.
La primera acción para romper el hielo es el contacto visual; es que el juego y cruce de miradas para que el otro de a poco se vaya dando cuenta que lo/a deseas es el inicio de todo. Primero se hace de forma disimulada, pero a medida que este va tomando fuerza, los dos comienzan a mantener la mirada fija por unos segundos.
Comunicación no verbal para ligar
La segunda es la comunicación no verbal; con la mirada complementando todo, la sonrisa y la expresión facial que muestra satisfacción y que tienes frente a tus ojos un individuo que te gusta o interesa es muy importante.
Se trata de algo sensual que hasta puede decir mucho más que las palabras y con lo ambos se entienden.
La tercera, hablar. Si bien parece una acción muy sencilla y que realizas en el día a día de manera automática, en este caso consta de ser original y apelar a lo distinto; es decir, no caer en lugares comunes o tirar un piropo como para sacarte el problema de encima, que el otro no sepa qué responder al respecto y todo quede en nada.
Un ejemplo bueno es hablar sobre una cuestión de la boda y soltar una palabra o comentario gracioso que agrade al receptor en cuestión. Uno que sirve mucho es “que lindo encontrarte” o “qué pena que no te vi antes”.
El sentido del humor es la mejor arma para ligar
La cuarta es el sentido del humor; una vez consumado el primer paso de mirarse mutuamente y el segundo de romper el hielo e intercambiar las voces, viene algo más difícil: hacerlo/a reír.
Esto último puede marcar un antes y un después porque, si lo logras, todo lo próximo será mucho más fácil y llevadero.
La quinta es estar relajado, una cuestión muy fácil o muy compleja dependiendo de cada sujeto. Si estás nervioso/a quizás quien tienes al lado tuyo no lo note, pero a ti te afectará ya que te será más difícil mostrar tu sentido del humor y generar gracia. Lo curioso es que justamente esto último es lo que te curará los nervios.
En tanto la sexta es comportarse y ser tú mismo/a; consta de actuar lo más naturalmente posible y no pensar tanto cada cosa o detalle.
Si ambos conservan dicha cualidad y continúan rodeados del mismo ambiente que al comienzo (puede pasar que justo los interrumpen para ir a sentarse o llaman a alguno), todo empezará a tomar otro color y estarás más cerca de tu objetivo.
Así, la séptima es interesarte por la otra persona. Parece sencillo y lógico, pero puede ocurrir que uno de los dos escuche sonar su teléfono móvil y se distraiga o que se exceda mucho al contar una experiencia personal y se pierda el foco de la cuestión.
Cosas en común para sacar temas de conversación
Es por ello que debes hablar de los gustos que tienen en común, el tipo de comida, las actividades que realizan, la carrera o trabajo, etc. Tienes que evitar como sea el egocentrismo o dar a entender que la otra persona no te importa mucho.
Por último, ser positivo/a en todo momento dado que es un sentimiento que se transmite muy fácilmente; si estás mal o en negativo, esto será una suerte de cartel en tu frente que el inconsciente del otro leerá.
Sin pensarlo demasiado, tienes que hacer de cuenta que encontraste a tu alma gemela y que esa boda que los está reuniendo en ese momento puede llamar a otra en poco tiempo. Y, en caso de que finalmente la relación no prospere, contarás con la posibilidad de cosechar una linda historia vivida en un determinado momento de tu vida.
Al mismo tiempo, cabe destacar, los factores externos de alrededor deben ser favorables; sin nadie que los interrumpa por un motivo en particular o con mala intención, que la música no esté muy alta y por consiguiente se pueden escuchar fácilmente sin tener que forzar la voz (por eso los boliches no son muy recomendables) y tampoco debe haber gente o elementos muy cerca de ambos que los pueda llegar a distraer.
Se trata de una cuestión compleja que, por más perfecta que te salga, debes tener en cuenta un aspecto muy importante: como es algo que se realiza en pareja, la palabra lo dice todo: de a dos. Es decir que la otra parte debe también hacer lo suyo.
De todos modos, es frecuente escuchar a un individuo contar que conoció a su pareja en una boda, fiesta o cumpleaños dado que son contextos favorables en los que el deseo de conseguir pareja puede ser muy fuerte y las probabilidades de lograrlo también.